La muestra cubre un fondo "muy particular" donado en 1979 por su familia al museo Galliera, se trata de piezas elegidas por el creador para su propia documentación personal, explicó a EFE el comisario de la exposición, Olivier Saillard.
La colección caracterizada por una España tradicional y folclórica, incluye diversos accesorios, fotografías, croquis y libros sobre moda. En ella se aprecia su preferencia por el negro y los colores oscuros y su pasión por los vestidos religiosos y de ceremonia. Su amor por la cultura popular puede apreciarse en los vestidos de corte andaluz, en los tonos rojos que hacen referencia al flamenco y en la chaquetas con corte torero.
El historiador de moda contó que la idea de recrear el "museo imaginario" de Balenciaga le surgió cuando se dio cuenta que el establecimiento parisino que dirige poseía en sus reservas una maravillosa colección de trajes, tejidos y accesorios que Balenciaga había adquirido a lo largo de varias décadas.
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