Si no tienes planes para estas navidades, te recomendamos que vayas a conocer el recién inaugurado restaurante Petit Komité. Un lugar intimo, discreto y selecto situado en el caserío Iraragorri que ancla sus orígenes en el siglo XV, manteniendo sus gruesos muros de piedra y su poderosa estructura de vigas y pilares de madera de roble.
Lo que es casi tan desconocido como el restaurante Petit Komité, es que este caserío vizcaíno ocupa un pequeño lugar en la gran historia del fútbol, ya que en él vivió una de las leyendas del Athletic y del fútbol español, José Iraragorri, cuya fotografía acompaña a los comensales en su experiencia gastronómica.
Las ocho exclusivas mesas de Petit Komite se despliegan en una atmósfera de íntima sobriedad creada por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, que combinando la tradición de la piedra y la viguería de madera de roble con una sofisticada modernidad, ha creado un espacio evocador.
Por otra parte, para acompañar todas su propuestas gastronómicas, Petit Komité ha contado con el inestimable asesoramiento del conocido sumiller Manu Martín , quien ha diseñado la novedosa carta de vinos. En la exclusiva vinoteca que preside la entrada al restaurante tienen cabida desde los clásicos más afamados, hasta las pequeñas nuevas bodegas de vanguardia que están revolucionando el mundo del vino. Son más de cien referencias, escogidas entre las más selectas bodegas.
Los fogones de Petit Komité no se ubican únicamente en las cocinas acondicionadas en el interior del restaurante, sino que también han encontrado acomodo en el exterior, en forma de horno de piedra donde los chefs preparan su propuesta más espectacular: la brasa de carne y pescado, así como todos aquellos productos animales o vegetales, dulces o salados, que el cliente sea capaz de imaginar.
Los fogones de Petit Komité no se ubican únicamente en las cocinas acondicionadas en el interior del restaurante, sino que también han encontrado acomodo en el exterior, en forma de horno de piedra donde los chefs preparan su propuesta más espectacular: la brasa de carne y pescado, así como todos aquellos productos animales o vegetales, dulces o salados, que el cliente sea capaz de imaginar.
